Con esta frase creo que se puede expresar el pensamiento de muchos opositores en Cuba que han entendido que el régimen no está dispuesto a ceder un paso ante las demandas que ellos y todo un pueblo en silencio le ha hecho. Estos opositores que han encontrado la diferencia entre el alma y el cuerpo, que encontraron la diferencia entre claudicar o ser libres y que han encontrado el único camino que el tirano no puede bloquear, la muerte para ganar la vida.
El régimen por años ha sido experto en reprimir y controlar la violencia, las pruebas son los miles de presos políticos y fusilados, los miles de exiliados y los miles de presos comunes que llenan cárceles y granjas en Cuba. La violencia es el plato favorito de los tiranos, pues les da la excusa de asesinar y castigar con puño fuerte a todo el que atente contra su poder, la violencia gubernamental es la acumulación de experiencia en reprimir a los opositores transmitida desde el difunto campo socialista y desarrollada al máximo por los discípulos de los Castros, pero ahora se encuentran en un campo diferente.
Para el régimen castrista resultaba extremadamente fácil aplastar cualquier intento de revuelta armada o grupos que desde el clandestinaje intentaban derrocarlos, era simple eliminar a grupos como sucedió en el glorioso Escambray o los desembarcos de Alpha 66 y otros, pues solo usando el triple de hombres y reconcentrando a miles de familias lejos de sus hogares podía limpiar y cortar de raíz cualquier intento de rebeldía. Mucho más fácil le era perseguir y arrinconar a cualquier cubano que realizaba un acto de sabotaje, tenían todos los medios y podían presentar casos para encerrar o fusilar a este rebelde con causa.
La diferencia en la Cuba de hoy y no que no haya sucedido en el pasado es que existen hombres que cansados de pedir por las vías civiles y pacificas han visto que ya no pueden hacer mas contra un régimen asesino, que cansados de recorrer los caminos de la civilidad y la convivencia han entendido que están perdiendo el tiempo y que están siendo empujados a hacer lo mismo que el régimen, el uso de la violencia y ante esto que va contra sus principios prefieren entregar la vida como última muestra de su verdad y enseñarles a todos que están dispuestos a morir y no matar.
Pese a que amamos la vida y que creemos que solo Dios debe disponer de lo que el entrega, respetamos a esos valientes que entregan la vida sin herir a otros, si ellos en sus conciencias han encontrado la paz y la libertad de tomar tan alta decisión lo menos que merecen es nuestro apoyo espiritual y moral. Si morir lentamente para mostrar al mundo lo violento y abusador es el tirano es su decisión y debemos admirar y respetar esa posición al igual que elogiamos al que con un fusil en la mano se lanza contra una pared de balas, los dos muestran su valor y su libertad, libertad que ningún tirano puede quitar, es la única salida que no se puede cubrir, la decisión de morir por lo que se cree.
A todos que Dios los ayude y nos ayude a comprender que existen hombres que aunque los entierren cada día se elevan mas sobre nosotros y por el bien nuestro. Gloria a todas las víctimas del castrismo, que el sacrificio de unos pocos sea el bien de muchos, pero sabemos que los castrista no van a ceder y lamentablemente seguirán empujando al pueblo a la violencia, los opositores son y serán llevados al grado máximo que un hombre pueda soportar para provocar la violencia y no creo que todos tengan la voluntad y la decisión del sacrificio mayor, ese es mi gran temor por el futuro cercano de Cuba, la violencia como respuesta a la violencia gubernamental. Esperamos que los gobernantes de Cuba aprendan y que aprendan rápido antes que mas cubanos perezcan en huelgas de hambre solo por pedir los más elementales derechos humanos.
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