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A veces
nos llegan noticias de personas que uno conoce, a veces son tristes noticias,
como que les dio un ataque al corazón o le dio una chiripioca que lo dejo
torcido (al menos físicamente, porque mentalmente ya lo eran) producto de un
aumento de presión arterial, que a su vez es producto de un ataque de rabia o
impotencia o producto de un alto grado de imbecilidad o frustración, el caso es
que lo que le sucede es sencillamente producto de la mediocridad y las mentiras
que dicen, al menos a estos que yo conozco.
Cuando
una persona solo posee la historia de una persona sencilla y normal, pero su
ego es tan grande que se le sale por el ano, le es muy difícil vivir sin
fabricar mentiras y producir enemigos periódicamente para tratar de lucir como
alguien que no es y nunca podrá ser, precisamente por su ego manchado, es como
el caso de un amigo que se ha divorciado 9 veces y me dice tranquilamente; el
problema es que las mujeres no me entienden, ninguna sirve para nada, no hay
quien las aguante; yo un día cansado de sus quejas le respondí de esta forma:
estimado amigo no te ofendas, se que vivir con una mujer no es fácil, eso
conlleva muchas cosas que pueden ser difícil, pero no imposible de realizar,
pero 9 matrimonios solo indica que tú tienes
o no tiene algo que motiva esos divorcios o será que en el fondo de tu
alma llevas escondida a La Bayamesa y no lo quieres reconocer, no te ofendas si
llevas ese secreto, pero si así lo es deberías salir del closet y dejar de
culpar a otros por tus fracasos y frustaciones.
El se altero un poco, no develo su misterio, pero solo me dijo que su
destino era algo mejor, grande y luminoso y que ellas se lo habían perdido
cuando lo abandonaron, lo cierto es que ahora producto de su miseria económica
no tiene hijos y vive con una vieja, pero vieja con pellejos en las arrugas,
pero él sigue siendo como ha sido, un burro empedernido, pero en el fondo
bueno, aunque el bueno es solo como ejemplo de cómo no ser.
También
nos enteramos que personas buenas le suceden cosas malas y es triste que sea
así y que algunos mueren de algo malo y rápido, pues deberían ser los malos,
los envidiosos, los arribistas, mal pensados, cojos mentales, serviles y
torcidos quienes reciban la justicia divina primero, pero Dios en su sabiduría
no lo hace así, les alarga la vida quizás para que sufran mucho o para darles
tiempo a que se arrepientan de sus cagadas o a lo mejor los deja vivir mucho
para que los buenos puedan enseñar a sus hijos a no ser como esos individuos, a
veces pienso que Dios les da larga vida a estos energúmenos solo para estudiar
cuánto puede durar un hígado corroído con tanta bilis o para saber cuánto se
puede arrastrar la envidia.
Entre
las cosas buenas que Dios ha creado esta la memoria, a veces no nos acordamos de las
cosas buenas y favores que nos han hecho, muchas veces olvidamos a los buenos y
creo que eso es normal, aunque no debería ser, pues ser bueno y ser bueno para
algo es algo normal y natural, además eso es lo que nuestros padres(si son
buenos) nos han enseñado, por eso junto al tiempo muchas cosas que
tomamos con natural pasan sin darle importancia y respeto, pero son el
resultado del trabajo, voluntad y sacrificio de gente buena que lo hacen
sencillamente por ser buenos. Ahora sí, los malos son inolvidables, las cosas
malas se nos quedan en el alma, son como huecos dejados por el clavo sacado de
la pared, pese que Dios nos pide perdón para quien nos ofende, no nos pide
olvido y no olvidamos para castigar cuando el tiempo llegue, sino para no
permitir que se repita y se haga justicia, se puede ser malo y perverso, pero
se puede dejar a un lado y tratar de ser bueno, pero el mentiroso y envidioso
lo lleva como condena en su alma, especialmente si su ego lo ahoga que no lo
deja escuchar ni pensar en el mal que producen.
No los quiero cansar, pues sé que los buenos saben
lo que he dicho y sé que los malos no me van
a escuchar, al contrario, sé que saldrán a defenderse como lo hiso mi
amigo y sus 9 divorcios, sé muy bien que seguirán en su hueco malvado cocinando
sus próximas mentiras y sus próximos enemigos, pues los pobres no pueden
identificar la diferencia entre contrincantes y enemigos, su ego desparramado y
coprafagico les hace desconocer que el
diferir no quiere decir odiar y menos envidiar. A veces me dicen viejo y
sonrió, pues he vivido lo que quizás otros no han podido vivir, o quizás no han
estado rodeado de una familia y amigos que te quieren y respetan, el ser viejo
es prueba de larga vida y debería ser motivo de conocimiento y así lo es para
los buenos de alma y corazón, los envidiosos y malos no aprenden, pues están
ocupados en sus mentiras y fabricaciones, pues su ego, aunque se les sale no
los deja pensar.
Por eso traten de ser buenos aunque los olviden,
sean buenos aunque nadie te diga nada, trate de ser bueno aunque te envidien,
pues el mundo es de los buenos que luchan y saben defenderse, el triunfo esta
en las manos de los que aman y crean, los buenos son los que establecen la
justicia y no el rencor, son los buenos los que nos han llevado a dónde estamos
y debemos recordar que los malos triunfan cuando los buenos no luchamos y nos
volvemos apáticos e insensibles ante el dolor de los demás. Para cerrar quiero
recordar las palabras de Padre Pico, que aunque ya dije las mismas se debe dar
crédito a este buen y respetado hombre de Dios que dijo: No es ser bueno, es
ser bueno para algo.
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