Queridos Amigos:
Lo que no habíamos visto aún en Cuba era que algunos estuvieran dispuestos a poner el muerto, al menos si no se trataba de un enfrentamiento entre las huestes de "los mercenarios al servicio del imperialismo yanqui" y el "enardecido pueblo cubano que honrosa, valerosa y enardecidamente habría de confrontarlos". A los Mesías de la desconflautación -frase del difunto y rosado Raúl Roa con que calificó a Ramón Grau San Martín en una entrevista que le hizo Ambrosio Fornet-les está lloviendo sobre mojado. Y es que esta ola de inmolación pacífica al mejor estilo gandhiano resulta un arma inédita para los Castro y sus seguidores que evidencian un estado de tensión conducente a cometer errores garrafales de interpretación de su realidad política inmediata con una inusitada y nunca antes vista frecuencia.
El "negrito" Zapata se les convirtió en un bumerang; y por mucho que se han esforzado en minimizar su muerte y acusarle de lo que no era la debilidad de los argumentos contra él utilizados son como los del niño que comete la trastada y al ser requerido por ello alega que lo hecho carece de importancia porque el sujeto de la acción -persona o cosa, da igual- carece de importancia; ahora ante la posibilidad de auto inmolación de un segundo huelguista van al otro extremo y ponen al sujeto -Fariñas- bajo la pesquisa y observación permanente de un equipo médico solamente emulable por el que el propio Castro tiene en derredor. ¿Será porque de abyebtos despreciadores de la humanidad se han convertido en esforzados amantes de la vida?, por supuesto que no, y todo el mundo lo sabe, el asunto es que otro autoinmolado que no recibe dinero de los yanquis ni de nadie en particular para dejar sus mortales despojos en el camino no resulta fácil de justificar, primero porque no está en un reclusorio, segundo porque se trata de un hombre que ha estado más de una vez en huelga de hambre, una de ellas para que le permitieran usar el Internet -nada menos-, psicólogo y periodista, exmilitar y exfuncionario del Minsap en Las Villas, ¿cuál puede ser, me pregunto, el prontuario delictivo endílgale a un ciudadano de estas características que sólo pide que liberen a 22 de sus compañeros en prisión en situaciones precarias de salud y todos pertenecientes al grupo de los 75 encarcelados durante la primavera negra del 2003?.
Y eso que a nadie se le ha ocurrido divulgar en Cuba las palabras de Castro sobre la muerte de Boby Sands durante una huelga de hambre en 1979. Parece que Castro estaba muy seguro de que nadie sabía al interior del país quien era Pedro Luis Boitell que se inmoló de esa forma en las mazmorras del Príncipe en 1972 ,ya había sucedido con otros 11 más, pero estos eran anónimos que ni los mas sagaces reporteros pudieron sacar de su condición intrascendente. Ahora la cosa es diferente, y los que como en mi caso, amamos la libertad, estamos de placemes solamente ante el hecho de verlos ineptos, sin argumentos y mostrando su verdadera cara de conspicuos y maltrechos represores de tercera categoría, inventando fábulas e historietas de mal gusto, cayendo en la insolencia de tratar de justificar lo injustificable y enarbolando las mala dadas consignas que nada tienen que ver con estos tiempos ni siquiera si pensamos en los EE.UU. de Obama en la presidencia. A Nixon la cambiaban la "X" de su apellido por una suástica, a Reagan lo caricaturizaban como el cowboy matando indios indefensos, los Bush fueron una especie de diablillos malolientes a azufre según el ignorante de Chávez, pero ¿que hacer con este negro en el poder del país que ha sido su enemigo antonomásico,y que como los que se están muriendo en Cuba es también un afrodescendiente?. Menudo problemón el de los galleguitos Castro y sus blanquitos de la pandilla muy pocas veces salpicada de figuras de piel oscura, y cuando ha sido así, de una acendrada y catastrófica ignorancia como el caso del difunto Almeida -del que solo se acuerdan por la disidencia de su hijo Juan Juan, vaya razón- o del incoherente Esteban Lazo.
Señores entre la modalidad huelguística, la influencia de "la Red" -nunca una manera de referirse a un instrumento tuvo una connotación más exacta que esta- y todo lo que arrastra consigo, creo que los ingredientes para el desaguisado castrista están francamente en falta. Si hacemos un balance desde el punto de vista internacional, Zapata, las Damas de Blanco, Fariñas, Bonne Carcases y ahora Darsy Ferrer -que según ellos mismos está preso por el delito común de robarse dos sacos de cemento, también en huelga de hambre; deben tener al viejo Castro en tres y dos. Creo que nunca pensó que semejante cosa le fuera a suceder, en su fuero interno le quedará el consuelo de pensar que estando él al mando absoluto y de no haberle sucedido el imponderable de su catastrófica enfermedad nada de esto hubiera sucedido; él simplemente hubiera ordenado fusilarlos para dar otro escarmiento relativo al riesgo que corren quienes le desafían, después de todo no es igual preparar un asesinato político desde el poder y con todas las de la "ley socialista" que dejar que te puedan orquestar una ola de pacifismo y muerte por deshidratación e inanición voluntaria, esto es algo que parece demasiado filosófico como aquello que hace miles de años hicieron Sócrates y Platón cuando decidieron manu propia tragarse la cicuta para no plegar banderas. Al final los asesinos no entienden de principios, sino que le pregunten a las Damas de Blanco.
Prof. Jose Arias.
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