Desde hace un tiempo un comandante histórico anda dando vuelvas por la isla con la triste misión del que anunciar el fin de algo o de una vida, lo han mandado a recorrer las calles de nuestros pueblos con la penosa noticia de la muerte de una era o compromiso. Nos referimos al comandante Ramiro Valdez tristemente recordado por todos especialmente aquellos que se opusieron a la revolución. Este señor de las tinieblas y hoy uno de los hombres más ricos de Cuba, con el poder del conocimiento de las vidas y milagros de todos y el dinero es alguien a tener en cuenta en un corto futuro.
Este comandante, anunciador del fin, quizás sin pensarlo mucho o pensado bastante culpo al pueblo de ineficiente y que el Estado no pude seguir siendo el papa de todos y que no podía seguir manteniendo las cosas como estaban, que el pueblo tenía que trabajar y resolver sus problemas. Es algo curioso, esto sucedió hace semanas, quizás meses y todo sigue más o menos igual, sino peor, pero lo interesante es que en mi opinión este anuncio o mea culpa es el rompimiento de contrato con el pueblo.
Desde un principio de la revolución y al producirse la nacionalización de las empresas extranjeras y la intervención de las grandes empresas nacionales se nos dijo en grandes discursos que esto se hacía para garantizar una justa distribución de las riquezas y para que el pueblo fuese el dueño de los medios de producción y servicios. Esto fue aceptado por amplios sectores del pueblo y luego el movimiento que desposeería a los ciudadanos del más mínimo asomo de propiedad privada de medios de producción o servicio se cuajo con la Ofensiva Revolucionaria y la lucha contra los timbiriches acabo con todo vestigio de libertad económica. Quizás la aceptación de estos hechos se debía al miedo de oponerse a estas medidas, pues eran catalogadas como actos contra la estabilidad de la nación, por tanto contrarrevolución y todos sabemos el precio a pagar, cárcel, fusilamiento o exilio si tenías suerte.
Basado en que una gran mayoría del pueblo acepto los términos de ser dirigidos a perpetuidad por un grupo escogido salidos de la Sierra Maestra y de la filas del nuevo Partido Comunista, que a su vez es dirigido por los salidos y escogidos de la Sierra Maestra a cambio de los beneficios y garantías de vivir en una sociedad donde el Estado cubriría todas las necesidades del pueblo, donde todos los niveles de la sociedad estaban controlados y regulados por el estado, desde una barbería hasta un centro de investigación atómica, que las necesidades de educación, alimentación, vivienda, etc. ,etc. serian provistas por el estado. Este en resumen era el contrato, ahora que sucede, el estado quiere romper este contrato, digo estado, pero es realmente la dirigencia octogenaria quien por la mala administración y la ineficiencia no puede cumplir con su parte, pero quiere quedarse en el poder.
Ahora después de 50 años de experimentos económicos, de planes fracasados, de terror de estado, después del desmembramiento de la familia cubana, de la degradación social y cívica de un país, mandan a este comandante a exigir al pueblo que resuelvan su problema, pero no les da la libertad empresarial para que lo puedan hacer, no les dan las condiciones elementales de libre comercio para una incipiente autogestión económica. La entrega de tierras es un fracaso, nadie está dispuesto a sacrificarse para poner a producir la tierra si no tienen instrumentos y lo básico, los precios de los productos son regulados y no subsidiados, lo que se convertiría prácticamente en trabajar para el gobierno con mínimos beneficios personales y total control estatal.
Mi pregunta es, si el estado cubano deja de ser el estado benefactor del pueblo, si no es más el estado paternalista que llevo a las fuerzas productiva y de servicio a la total ineficiencia y extrema corrupción, si en un corto periodo dejara de garantizar el medio de supervivencia de la población, ¿Es este estado digno de representar a 12 millones de cubanos?, ¿Puede alguien desde el poder continuar en ejercicio si ha roto el contrato con el pueblo?
Creo que a medida que las necesidades sigan creciendo para satisfacer las necesidades básicas de la población el gobierno se verá obligado a tomar medidas más represivas ya no solo contra los opositores políticos, también contra la población en general. No creo que los gobernantes cubanos den un giro y permita la autogestión económica de la población libremente, pues esto acarrearía la libertad económica y la no dependencia del empleador único, esto pudo hacerlo el gobierno en los noventas y prefirió negociar con las multinacionales capitalistas antes que implementar la autogestión obrera que es en realidad la verdadera propiedad privada de los medios de producción y servicio. Esto lo hizo el gobierno castrista para mantenerse en el poder, permitió pequeñas cooperativas agrícolas a disgusto y con el sabido control estatal de precio y producción, la gran mayoría de estas cooperativas están en banca rota debido a préstamos impagables y la baja productividad.
Por esto decíamos al principio, que junto con todo un conjunto de factores y productos que han desaparecido de los anaqueles de tiendas, farmacias, hospitales y hasta bares, además de las libertades cívicas y ciudadanas, el paternalismo de estado también va a ir desapareciendo como ha sido anunciado. Ahora tenemos que esperar cual es el resultado final, si el pueblo está dispuesto a cambiar todo por nada, veremos si este estado que pide a gritos quedarse huérfano con tal de mantener el poder se abraza más fuertemente con las transnacionales capitalistas y vende la republica como lo ha ido haciendo al mejor postor, esperemos que el pueblo cubano vea esto y decida cancelar el contrato al grupo que siempre ha dirigido esta ya muerta revolución.
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