lunes, 8 de agosto de 2011

Carta a Harry Potter.






Querido compañero Harry Potter:

Te escribo porque he tenido una discusión larguísima con mi primo "Yorch" por causa de tu magia y tus poderes, y quiero tener respuesta tuya de primera mano para salir de mis dudas.

Todo comenzó cuando vimos una película tuya que él trajo y que para verla le alquilamos 2 horas el video a una aeromoza de al lado de casa (dice Yorch que es una especie de peiperviú pero al revés, yo no entendí nada). Al finalizar todos se quedaron pasmados con tus poderes, pero a mí no me parecieron gran cosa y es por eso que te escribo, para que me aclares.

Para mí las cosas que salen en la película las puede hacer cualquiera, y todavía más. Déjame contarte desde el principio para que no te pierdas, que ya sé que aunque eres mago, no eres cubano y por tanto un poquito lento.

Yo vivo en una isla mágica, que se estira y se encoge a voluntad del jefe (que es algo así como Voldemort, pero con mucho más poder) o dependiendo de la situación, cosa que no creo que pase en Gryffindorf. Un día somos "una pequeña islita al lado de un monstruoso Imperio" y 24 horas más tarde podemos ser "la Mayor Potencia médica del mundo". Lo mismo pasa con la gente que vive aquí; a veces son El Pueblo (que es una cosa gigantesca capaz de las hazañas más increíbles y que nunca hace nada malo) y otras veces, la misma gente, son la población (una cosa chiquita, que siempre se está equivocando, que no comprende las medidas tomadas, o un Grupito que hace actividades ilegales.

¿Cómo se convierte el Pueblo en Grupito y viceversa? Eso contéstamelo tú si eres mago de verdad... Pero no creas que sólo la isla es mágica, no, mi familia está llena de magos también. Mi padre, que era Ingeniero Químico, una noche al conjuro de las palabras mágicas "!a la mierda con todo!" se convirtió en Cuentapropista porque en su trabajo le habían dicho que él no era Idóneo, cosa que era más que evidente porque él trabajaba allí desde hace 10 años y todos sabían que él era Chucho. Se demoraron cantidad en darse cuenta. Mi madre hace tres actos de magia diarios, con resultados asombrosos, como el de convertir una cáscara de plátano en bistec, un pan de la bodega en torrejas o un preservativo en queso amarillo.

Mi primo "Yorch" también es mago. Hace 5 años se fue al camping del Mégano a pasar un fin de semana con sus padres y todos desaparecieron por arte de magia. Ahora apareció, más gordo que la Guía telefónica de Beijing, rosado y con unos zapatos que cuando caminas encienden unas lucecitas, con un cassette tuyo en la mano y hasta con un nombre nuevo, porque cuando se fue de campismo se llamaba "Jorgito". Por cierto que me dijo que si yo me iba al Camping del Mégano también podía cambiarme el nombre y en vez de Quientusabes, regresar llamándome Younow, pero con ese nombre yo no me aparezco en la escuela ni a matao... Hablando de escuelas, vi que un día fuiste a tu escuela montado en un fotingo. ¡Qué huevada! ¿Y a eso le llaman magia? Ay Harry, que inocente tu eres... Yo voy TODOS los días a la escuela en un Camello, no arriba sino dentro, y no voy solo (ojalá), dentro de esos camellos cabe un número indeterminado (pero alto, altísimo) de integrantes de la población, que también son magos.

¿Tú crees que podrías meterte dentro de un camello y salir exactamente frente a tu escuela sin haber podido mirar para afuera? Pues yo lo hago facilito. ¿Cómo? Eso te lo dejo de tarea, a ver si puedes hacerlo. Te aclaro que yo no tengo varita mágica, la magia aquí está generalizada. Aquí hay carros mucho más viejos que el de tu película y que todavía andan por las calles, camiones que nadan, mesas redondas que informan, perros sin tripa que vienen de vez en cuando a las carnicerías, Pollos de Dieta, Plátanos burros, Ocas en pasta, refrescos de extintores, inalcanzables logros alcanzados, voluntad hidráulica, batallas de ideas, bloqueo y dólares, pesos que sirven para comprar dólares aunque no son convertibles, escuelas de bueyes, vacas embalsamadas y Embajadores de la Salsa.

La isla (que vista en un mapa parece un Camaján, digo, un camaleón), además de estirarse o encogerse, puede replicarse y así crear una isla virtual que es sólo visible a los ojos de los turistas y que no se parece en nada a la otra, aunque es la misma.

Pero el más mago de todos aquí es Voldemort (el jefe de que te hablé, pero me gustó el nombrecito); si agarra al Voldemort de tu película segurito que lo convierte en algo. Ese es el bárbaro convirtiendo cosas. Él puede convertir reveses en victorias, Presidentes en Lamebotas, Paraguayos en Uruguayos (así de un palo), profesionales en gusanos, gusanos en turistas y más tarde en Señores, ingenieros en maleteros, licenciados en taxistas, médicos en dependientes, analfabetos en Millonarios, profesores en soldados y después en muertos, prostitutas en universitarias (¿o era al revés?). Puede agrandar el picadillo quitándole carne, convertir agua en leche, frijoles en queso, soya en picadillo, chicharos en café, oro en papelitos, dólares en chavitos, orientales en palestinos, animales en policías, avenidas en terraplenes,…… Ay. Harry.
¿Mago tú? Give me a break... Te voy a dar una oportunidad para que demuestres tus poderes. Mira, coge un sobre de carta y ponle mi nombre y esta dirección: Luís Estévez # 313, entre Escobar y Campanario, Playa, Ciudad de la Habana, Cuba. Mete adentro un billete de 100 Libras esterlinas y mándalo por correo (no uses la lechuza Hedwing si no quieres que termine en fricasé en cuanto sobrevuele el espacio aéreo de la isla) Esa dirección no existe, si recibes la carta de vuelta con un cartelito que dice "Destinatario Desconocido", eres un tipo de suerte, pero si trae el billete dentro, ¡entonces eres un verdadero mago!

Se despide de ti con afecto,

Quientúsabes


PD. El truco de atravesar la pared no me sale.

NOTA: No sabemos quien es el autor de esta carta, pero la realidad y la forma que la cuenta es realmente increiblemente buena y simpatica.

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